Consultoras ajustan a la baja las proyecciones de inflación para abril, pero mayo trae malas noticias
Las estimaciones privadas para abril se revisaron hacia abajo, ubicando la inflación cerca del 3%. Sin embargo, se anticipan nuevas presiones en mayo que podrían complicar la estabilización de los precios.
La especulación sobre el dólar llevó a que algunas empresas alimenticias pasaran listas de precios con aumentos durante abril, especulando con un salto en el tipo de cambio. Esto enojó tanto al presidente Javier Milei como al ministro de Economía, Luis Caputo, que salieron a desautorizar esos movimientos, señalando que los incrementos no se basaban en un aumento real de costos, sino en especulaciones sobre el movimiento del dólar.
Algunas habían anticipado que el dólar se ubicaría cerca del techo de la banda cambiaria, ubicado en torno a los $1.400 y es por eso que habían pasado listas con aumentos a los supermercados durante el mes de abril. Sin embargo, tras la salida del cepo cambiario, el tipo de cambio se mantuvo más cerca del piso que del techo de la banda, lo que llevó al propio Gobierno a apuntar contra economistas y periodistas que, según señalaron, alentaron pronósticos de devaluación y trasladaron temores que consideran “infundados” a los precios.
Aunque el dólar aún no tocó el techo de la banda, tanto Milei como Caputo reconocieron que el dólar no se mantendrá estable y que hay que “acostumbrarse” a ver movimientos dentro de los valores determinados.
En este contexto, empresas dieron marcha atrás con las listas que pasaron a supermercados y que preveían aumentos superiores al 10% en productos de consumo masivo. No obstante, varios de esos ajustes quedaron en suspenso para el mes de mayo, a la espera de cómo evolucione la dinámica del dólar, el pasaje a precios y la demanda en un escenario que seguirá siendo inestable.
La corrección en las listas de precios contribuyó a moderar las expectativas de inflación para abril.
Tras el 3,7% registrado en marzo por el INDEC, varias consultoras privadas revisaron a la baja sus proyecciones para el mes siguiente. Orlando Ferreres estimó una inflación del 3%, mientras que Eco Go, la firma dirigida por Marina Dal Poggetto, la ubicó en torno al 3,5%, impulsada principalmente por subas en carnes y panificados.
Pese a la desaceleración general del índice, los alimentos volverían a ubicarse por encima del promedio.
Según un relevamiento de LCG, la carne registró una suba del 6,9% durante abril, lo que tendría un fuerte impacto en la medición de alimentos y bebidas no alcohólicas. Además, el informe detalló que los condimentos y otros productos alimenticios aumentaron un 5,5%, los lácteos y huevos un 3%, las bebidas e infusiones un 2,6% y el azúcar un 2,3%.
También se registraron subas en pan, cereales y pastas, y en comidas listas para llevar, ambos con incrementos del 1,9%. Entre las bajas se destacaron los aceites, con una caída del 0,8%, y las verduras, con un descenso del 1,6%.
La suba en alimentos siempre es un dato sensible, ya que impacta de manera directa en el valor de la canasta básica. Esto eleva el ingreso mínimo que necesita una familia para no ser considerada indigente, dado que se mide en función del acceso a los requerimientos calóricos básicos.
El último dato del INDEC ubicó esta categoría en un 5,9%, superando así el IPC general de marzo, que fue del 3,7%.
De cara a mayo, los aumentos previstos en el transporte público amenazan con volver a presionar el índice general en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El boleto de colectivo subirá un 5,7% en las líneas que circulan dentro la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y un 5,9% en aquellas que prestan servicio en la Provincia de Buenos Aires.
Las 103 líneas bajo jurisdicción nacional mantendrían sus tarifas congeladas, no actualizan sus precios desde agosto de 2024.
Esta actualización en el transporte será un golpe directo al poder adquisitivo, en un contexto donde el oficialismo necesita sostener la tendencia de desaceleración inflacionaria para consolidar su programa económico y, a la vez, evitar un mayor desgaste social en un escenario electoral de fragilidad.