Brasil se consolida como el país de tránsito de rutas migratorias que comienza en distintos lugares del mundo, sobre todo en Asia y que por lo general, finalizan en Estados Unidos, según el último informe del Observatorio Internacional de las Migraciones (Obmigra) del Ministerio de Justicia

La principal puerta de ingreso a la frontera terrestre de Brasil continúa siendo el norte, en especial el estado de Roraima, que desde hace tiempo es el refugio al que llegan los venezolanos que escapan del régimen de Nicolás Maduro en busca de libertad.

Es por eso, que las autoridades brasileñas piensan que si Maduro no deja el poder el 10 de enero, la cantidad de venezolanos que llegan al país gobernado por Lula Da Silva va a aumentar.

El Gobierno de Roraima estima que en la actualidad hay 180.000 inmigrantes y refugiados en su territorio, la mayoría venezolanos.

Ese número abarca al 25% de la población total del estado, acorde a los números del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), y refleja que por cada cuatro personas que viven hoy en Roraima, una es de Venezuela.

Si bien el norte de Brasil es la puerta de ingreso, la mayoría de los extranjeros elige radicarse en el sur del país, debido a que, allí las condiciones de vida y las posibilidades de trabajo son mejores.

Entre 2022 y 2023 en el sur los trabajadores inmigrantes se incrementaron un 10,4%, subiendo de 73.900 a 81.500. En el lapso de enero-junio de 2024, la cifra alcanzó los 87.500.

La mayoría de ellos trabajan en el sacrificio de aves de corral y cerdos.

No solo los venezolanos eligen Brasil como un país en el cual poder vivir en paz y trabajar.

Más de 19,7 mil de cubanos huyeron a Brasil de enero a noviembre de este año.

Únicamente en noviembre fueron 2.700.

Este número muestra un récord histórico, ya que, en solo 12 meses llegaron tres veces más cubanos que los contabilizados en el territorio brasileño en la última década.