El Papa Francisco y su internación: ¿se oculta algo sobre su estado de salud?
Desde que el Papa Francisco fue internado el pasado 14 de febrero en Roma, las fake news sobre su estado de salud y su futuro como pontífice se multiplicaron. Distintos medios, periodistas y cuentas falsas en redes sociales difundieron versiones alarmantes que iban desde una posible renuncia hasta su fallecimiento.
Sin verificar la información, algunas de estas noticias afirmaban que el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, visitó a Francisco para hablar de su dimisión, o incluso que el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, había recibido la noticia de su muerte.
Más allá de las especulaciones, el pontificado de Francisco ha estado marcado por una apertura social y reformas que han generado resistencia en sectores conservadores, especialmente en Estados Unidos. Cada vez que la salud de un papa se ve comprometida, emergen rumores y se desatan disputas sobre su eventual sucesión. Esta tendencia se acentúa con la era digital, donde las noticias falsas encuentran un terreno fértil para expandirse.
La pregunta que muchos se hacen es si el Vaticano está diciendo toda la verdad sobre el estado de Francisco o si hay información que se mantiene bajo reserva.
Históricamente, la Iglesia Católica fue hermética en lo que respecta a la salud de sus líderes. El periodista Nelson Castro, en su libro La salud de los papas, señala cómo en el último siglo la transparencia ha sido mínima, llegando incluso al ocultamiento. Un ejemplo claro fue Juan Pablo II, quien padecía Parkinson, aunque su vocero, Joaquín Navarro Valls, lo describía como un "síndrome extrapiramidal" para evitar mencionarlo abiertamente.
En comparación, la información sobre Francisco ha sido más accesible, aunque en los primeros días de su internación los comunicados oficiales fueron escasos y poco detallados.
Con el paso de los días, la situación cambió. Una conferencia de prensa encabezada por los doctores Sergio Alfieri y Luigi Carbone disipó muchas dudas, al explicar que el papa sufría neumonía bilateral e infección polimicrobiana. Además, dejaron en claro que aunque su vida no estaba en peligro, su recuperación sería larga y con posibilidad de recaídas, como el broncoespasmo que sufrió recientemente.
A partir de entonces, los partes médicos comenzaron a ser más detallados y precisos.
La difusión de información oficial no impide por completo la propagación de fake news. En la actualidad, donde la información vuela y la percepción pública puede moldearse fácilmente a partir de rumores infundados, significa un desafío no solo para la Iglesia Católica, sino también para otras instituciones.