El acuerdo entre Estados Unidos y El Salvador establece que los prisioneros permanecerán en el país centroamericano por un año, aunque existe la posibilidad de que el plazo se extienda. Según un informe de AP, Washington pagará 20.000 dólares anuales por cada detenido, lo que servirá para financiar parte del sistema penitenciario salvadoreño, cuyo mantenimiento anual asciende a 200 millones de dólares.

El Cecot, inaugurado en 2023, es la prisión más grande de América Latina, con capacidad para 40.000 reclusos. Sus ocho pabellones albergan a criminales de alto perfil en condiciones de aislamiento extremo, sin visitas ni acceso al aire libre.

El gobierno difundió videos donde los detenidos rapan sus cabezas, visten el uniforme penitenciario y son llevados a sus celdas hacinadas, sin camas adecuadas ni espacio para moverse libremente.

Mientras Bukele refuerza su política de mano dura, organizaciones como Cristosal denuncian violaciones a los derechos humanos dentro del Cecot, señalando torturas, muertes y condiciones inhumanas. En medio del debate, Trump defendió la deportación, afirmando que estas pandillas estaban “invadiendo Estados Unidos”, aunque no presentó pruebas de que los deportados hayan cometido delitos en suelo estadounidense.