Por primera vez en su historia, el estado de Luisiana (EEUU) utilizó gas nitrógeno para llevar a cabo una ejecución, marcando el regreso de la pena de muerte tras 15 años de inactividad en el estado. Jessie Hoffman Jr., condenado por el asesinato de Mary "Molly" Elliott en Nueva Orleans, fue declarado muerto a las 6:50 p.m. en la Penitenciaría Estatal de Luisiana.

El procedimiento duró 19 minutos y, según las autoridades, se desarrolló de manera "impecable". Sin embargo, algunos testigos relataron que el condenado mostró movimientos involuntarios durante el proceso, aunque no hubo señales evidentes de sufrimiento.

Los testigos de la ejecución describieron la escena como "clínica" y "procesal", destacando que Hoffman se negó a hacer una última declaración o a recibir una última comida. Gina Swanson, reportera de WDSU, explicó que observó atentamente el procedimiento y que en ningún momento sintió que algo se saliera del protocolo habitual. La ejecución de Hoffman es la quinta en Estados Unidos que emplea gas nitrógeno, un método que ha sido previamente utilizado en Alabama y que sigue generando un fuerte debate en la opinión pública.

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El caso de Hoffman estuvo marcado por una serie de apelaciones judiciales, incluida una solicitud a la Corte Suprema, donde sus abogados intentaron detener la ejecución alegando que la hipoxia por nitrógeno violaba la Octava Enmienda, que prohíbe los castigos crueles e inusuales. Además, argumentaron que el método interfería con las prácticas budistas del condenado, ya que le impedía realizar su respiración meditativa antes de morir. A pesar de esto, la Corte Suprema rechazó la petición en una votación dividida de 5-4, permitiendo que la ejecución siguiera adelante.

Luisiana adoptó la hipoxia por nitrógeno como alternativa ante la dificultad de obtener fármacos para la inyección letal, un problema que ha llevado a otros estados a buscar nuevos métodos de ejecución.

Actualmente, Alabama, Misisipi, Oklahoma y Arkansas han aprobado el uso de este procedimiento, pese a la controversia que lo rodea. Según las autoridades de Luisiana, el gas nitrógeno es un método "humanitario" y sin dolor, aunque activistas y expertos en derechos humanos sostienen que el proceso podría ser más agónico de lo que se admite oficialmente.

Fuera de la prisión de Angola, en el sureste de Luisiana, un grupo de opositores a la pena de muerte realizó una vigilia en protesta por la ejecución. Algunos sostenían carteles con la imagen de un Hoffman sonriente, mientras que otros participaron en una "Meditación por la Paz". A pesar de las críticas, la fiscal general del estado, Liz Murrill, defendió la decisión y afirmó que esta ejecución marca el comienzo de un proceso que podría incluir a al menos otros cuatro condenados a muerte en los próximos meses. "La justicia se ha demorado demasiado. Ahora, Hoffman enfrenta el juicio final, el juicio ante Dios", sentenció Murrill.