La paz aún está lejos: otro brutal ataque ruso en Kiev deja 9 muertos y destrucción total
Uno de los impactos más devastadores redujo a cenizas un edificio de viviendas, donde los bomberos combatían las llamas mientras los vecinos huían entre gritos y polvo. Las autoridades locales hablaron de un “ataque combinado” con misiles balísticos y drones suicidas, lanzados con precisión quirúrgica para provocar el mayor daño posible. Se teme que nuevos bombardeos se produzcan en las próximas horas.
La violencia no se detiene solo en Kiev. Las ciudades de Járkov y Odesa también han sido blanco de constantes ataques con drones. En Járkov, un enjambre golpeó zonas céntricas a plena luz del día, matando a una persona y dejando una decena de heridos. En Odesa, los residentes soportaron dos noches consecutivas de bombardeos, sin que se vislumbre un respiro.
El analista militar Oleksandr Kovalenko sostuvo que “Moscú busca quebrar la moral del pueblo ucraniano”. Según sus cifras, solo en abril se lanzaron más de 1.300 drones, y aunque ese número bajó respecto al mes anterior, el nivel de destrucción ha aumentado por nuevas tácticas: los drones vuelan alto para evitar las defensas y luego se lanzan en picada casi sin aviso.
“Rusia no tiene intención de detenerse”, sentenció Kovalenko. La estrategia parece ser clara: mantener a la población bajo un asedio constante, destruir infraestructuras clave y mostrar que cualquier intento de paz está lejos del horizonte. Ucrania, mientras tanto, resiste cada día con una mezcla de coraje y agotamiento.