Macabro hallazgo en un campo de concentración nazi en Polonia
En los últimos días, arqueólogos del Instituto de la Memoria Nacional (IPN) de Polonia recuperaron restos humanos en cuatro zonas del cementerio católico de San Wojciech, en Łódź. Los análisis preliminares sugieren que se trata de niños asesinados en abril de 1944 en el Kinder-KZ Litzmannstadt, un campo de concentración nazi reservado exclusivamente para menores de edad.
El IPN identificó a Teresa Jakubowska, Stanisław Kurek, Janos Duka y Leon Marczawa, todos víctimas del régimen nazi durante la ocupación alemana en Polonia.
El campo fue fundado en diciembre de 1942 por orden de Heinrich Himmler, y estaba dirigido por la Policía de Seguridad Alemana. Alojaba niños de entre 2 y 16 años arrestados por delitos menores o por ser hijos de miembros de la resistencia o de familias judías.
Durante su funcionamiento, entre 2.000 y 3.000 niños pasaron por el lugar, donde al menos 200 murieron por torturas, hambre o enfermedades no tratadas. Según reconstruyó el IPN, Teresa Jakubowska, de 12 años, fue brutalmente golpeada por la jefa del campo, Sydonia Bayer, apodada “Frau Doktor”, y abandonada en una sala de aislamiento donde falleció.
Los testimonios de sobrevivientes como Zofia Szope y Emila Mocek dan cuenta del sadismo de Bayer, quien obligaba a las niñas a presenciar los castigos. “Le echaban agua cuando se desmayaba. Estábamos en fila y teníamos que mirar”, recordaron. Bayer fue condenada a muerte tras la guerra por el asesinato de Jakubowska y otra menor.
Los restos de Kurek, Duka y Marczawa revelaron muertes causadas por agotamiento físico y enfermedades, comunes entre los prisioneros del campo. Además de los castigos físicos, los menores eran sometidos a condiciones extremas, como pasar noches en la nieve o ser aislados del resto del gueto tras una cerca de madera.
Las excavaciones forman parte de la sexta etapa del proyecto de búsqueda de desaparecidos del IPN. Se estima que al menos 77 niños fueron enterrados en San Wojciech entre 1942 y 1945. Desde 2023, una escultura instalada en el cementerio recuerda a 500 menores muertos en campos nazis en Łódź, un símbolo de memoria para las víctimas del totalitarismo.