Este operativo fue llevado a cabo por la Subprefectura de Juan Lacaze, situada en Colonia, y según el subprefecto, las embarcaciones probablemente estaban realizando actividades ilegales como pesca ilícita, contrabando o incluso narcotráfico. Sin embargo, ninguna de las embarcaciones pudo ser detenida, ya que todas huyeron hacia aguas argentinas antes de que pudiera lograrse alguna captura. Las embarcaciones, al parecer, arrojaron varios bultos al agua durante la huida, pero estos nunca fueron recuperados.

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A pesar de la persistente persecución, la situación se complicó cuando 10 de las embarcaciones restantes, ubicadas un poco más lejos de la costa uruguaya, se percataron del movimiento de la Subprefectura y también optaron por dirigirse hacia el lado argentino.

El incidente resalta la constante presencia de pesca ilegal en el Río de la Plata, donde embarcaciones extranjeras suelen operar sin el control adecuado.