Por qué el funeral de Papa Francisco es diferente a los de otros papas
Los ritos funerarios del Papa Francisco marcan una profunda ruptura con siglos de tradición papal, reflejando el profundo compromiso del difunto pontífice con la sencillez y la humildad. Desde su elección de un único ataúd de madera hasta su entierro fuera del Vaticano, las ceremonias fúnebres subrayan sus esfuerzos por remodelar la imagen del papado, alejándose de la grandeza y acercándose al servicio pastoral.
Francisco, cuyo verdadero nombre era Jorge Mario Bergoglio, falleció el lunes de Pascua a los 88 años. Su funeral, el sábado en la Plaza de San Pedro, reunirá a jefes de estado y líderes religiosos de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de la atención mundial, los ritos se mantuvieron modestos en tono y presentación, de acuerdo con las reformas que el propio Francisco aprobó antes de morir.
Los planes funerarios revisados del Vaticano se basan en la edición de 2024 del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, encomendado personalmente por Francisco. El documento destaca al papa como siervo de Cristo y obispo de Roma, más que como un soberano terrenal.
¿Qué tiene de diferente el funeral del Papa Francisco?
Las decisiones deliberadas del papa Francisco sentaron un precedente que podría transformar la forma en que se conmemora a los futuros papas. Al descartar tradiciones recargadas, como el uso de tres ataúdes anidados y el entierro en las grutas vaticanas, Francisco ofreció una crítica definitiva al privilegio clerical y envió un mensaje contundente sobre el tipo de Iglesia que aspiraba a liderar.
El lunes, el Vaticano publicó el testamento final del Papa Francisco luego de su muerte el lunes de Pascua.
Fechado el 29 de junio de 2022, el documento detalla las peticiones de entierro del Papa, entre ellas una tumba "simple" con la única inscripción "Francisco".
"Francisco dejó muy claro que no quería que su cuerpo fuera exhibido, que no quería ser idolatrado", declaró Chris White, corresponsal en el Vaticano de National Catholic Reporter, en una entrevista con The Guardian. "Quiere enviar un mensaje no de riqueza, ni de opulencia, sino de sencillez".
Qué saber
El cuerpo de Francisco, vestido con vestimentas rojas y sotana blanca, yace en un sencillo ataúd de madera abierto, revestido de zinc, rompiendo con el trío tradicional de ciprés, plomo y olmo. El cuerpo se exhibe a ras de suelo en la Basílica de San Pedro, sin plataforma elevada, en claro contraste con los funerales de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El ataúd permanecerá abierto hasta la noche anterior al funeral. Se le cubrirá el rostro con un paño blanco durante los ritos finales, y contendrá un breve documento sobre su pontificado y una bolsa simbólica de monedas.
Se espera que el sábado presida la misa funeral el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, de 91 años, aunque las preocupaciones sobre su edad han provocado especulaciones sobre un posible sustituto.
Lo que la gente está diciendo
Reflexionando sobre la transformación del funeral papal, el periodista vaticano Chris White dijo a The Guardian : "No será una procesión larga y elaborada... Francisco no aceptará nada de eso, será una ceremonia muy sencilla".
Joanne M. Pierce, profesora emérita de estudios religiosos en el College of the Holy Cross, escribiendo para CBS News, explicó que estas reformas se basan en los esfuerzos de Francisco "por enfatizar el humilde papel del Papa como pastor, no como jefe de estado".
Giovanni Guarino condujo desde Nápoles con su novia para despedirse de Francisco, conmovido por su labor de ayuda a los jóvenes y desfavorecidos. "Espero que su sucesor siga los pasos de Francisco", dijo Guarino.
¿Qué sigue?
Tras el funeral, el féretro de Francisco será trasladado en una procesión reducida por Roma hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde solicitó ser enterrado. Esta iglesia tenía un significado personal para él y había sido un lugar habitual de oración antes y después de sus viajes internacionales.
El Vaticano anunció que un grupo de personas pobres y necesitadas se reunirá con el féretro del Papa para rendirle homenaje cuando llegue a la Basílica de Santa María la Mayor para su entierro el sábado. Ya se ha convertido en un punto de peregrinación.
Según la tradición, seguirá un período de luto de nueve días, conocido como novendiales, durante el cual se celebrarán misas en su memoria. Los preparativos para el cónclave que elegirá a su sucesor comenzarán poco después, con 135 cardenales elegibles para participar.
Las decisiones de Francisco —su lugar de entierro, su ataúd y sus títulos revisados— constituyen un mensaje pastoral final: que incluso en la muerte, el papado debe servir, no gobernar.