Luego de la asunción de Donald Trump, los presidentes de Vladimir Putin y Xi Jinping mantuvieron una videoconferencia en la que acordaron reforzar la alianza entre Rusia y China.

El mandatario chino se mostró dispuesto a trabajar con su par ruso “para elevar las relaciones chino-rusas a un nuevo nivel”, con el objetivo de “contrarrestar las incertidumbres externas preservando la estabilidad y la resiliencia de las relaciones chino-rusas, para el desarrollo y la prosperidad de ambos países y para la justicia y la igualdad en el mundo”.

“Nuestros países colaboran activamente en el marco de la ONU, la  OCS , los BRICS y otras plataformas internacionales, lo que aporta una energía positiva adicional para la revisión y la racionalización del sistema de gobernanza global”, comentó Xi Jinping.

Putin remarcó que “la cooperación entre Moscú y Pekín se basa en intereses nacionales comunes en muchos ámbitos”, como también sobre “cómo deben ser las relaciones entre las grandes potencias”.

Al respecto, señaló que los vínculos entre Rusia y China “son autosuficientes” y “no dependen de ningún factor político interno ni de la situación mundial actual”.

Por otro lado, en un contexto convulsionado por el nuevo mandato de Trump y el ascenso de la derecha en varios países, Putin manifestó que “no se debe permitir que vuelva a aparecer la ideología del fascismo, el nazismo y el militarismo”.