Luego de la muerte del Papa Francisco, el Vaticano entró en sede vacante y se prepara para iniciar el proceso para elegir al nuevo Sumo Pontífice. Pero hasta que eso ocurra, hay una persona que tendrá un rol importante: el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell.

El cardenal de 77 años quedó a cargo de la administración de la Santa Sede, como también de la organización y las conmemoraciones para despedir a Jorge Bergoglio, quien falleció a los 88 años.

Nacido el 2 de septiembre de 1947 en Dublín, Irlanda, Farrell inició su noviciado en 1966 con los Legionarios de Cristo. En 1978, fue ordenado sacerdote en Roma, comenzando como capellán de la Universidad de Monterrey (UDEM) en México.

En 2001, el entonces Papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Rusuccuru y obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington D.C.. En este último lugar estuvo bajo el ala del polémico excardenal Theodore McCarrick, quien en 2019 fue expulsado del clero por el Papa Francisco tras comprobarse que había abusado de adultos y menores.

Seis años después, en el 2007, el Papa Benedicto XVI lo designó como obispo de la Diócesis de Dallas, además de que ocupó varios cargos en la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos.

Sin embargo, en 2016 llegó su gran salto al Vaticano. En aquel año, Francisco lo designó como primer prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, una nueva entidad creada como parte de sus reformas dentro de la Santa Sede.

“Me llamó aquí a Roma para ayudar especialmente a los laicos, y para promover a los laicos dentro de la Iglesia, y para encontrar estructuras y formas en las que los laicos puedan ser miembros activos”, expresó en una entrevista con el medio Vatican News.

Su cercanía con el Papa Francisco hizo que finalmente en febrero de 2019, le ofreciera el cargo de camarlengo. Un rol clave durante el estado de sede vacante, ya que es el encargado de administrar el Vaticano hasta que se designe al nuevo Sumo Pontífice.

Entre sus funciones, tuvo la labor de comunicar el fallecimiento del argentino, debió depositar sus restos en el ataúd y fue el encargado de sellas las entradas en la residencia papal.

Además, será también el encargado de romper el anillo del Pescador, un símbolo que representará el final del papado de Francisco.

A lo largo de los años, Farrel ha destacado la figura del Sumo Pontífice argentino. “Creo que el mayor logro del Papa Francisco ha sido mostrarnos cómo vivir el Evangelio de Jesucristo. Para mí, eso es todo. Será recordado por eso, y por enseñarnos a todos que tenemos que salir a las periferias. Eso significa que tenemos que salir de nuestra propia zona de confort y comprometernos con la gente”, dijo al cumplirse sus 10 años al mando de la Santa Sede.