Tras la muerte del papa Francisco I, las redes sociales rescataron los mejores momentos de su gestión al mando de la Iglesia Católica.  En uno de los videos más compartidos, se ve al pontífice dirigiéndose frente a frente a una pareja de recién casados en una audiencia pública.

El matrimonio le pregunta: "Santo Padre, ¿nos podría dar un consejo? Nos acabamos de casar". Fiel a su estilo, el pontífice argentnio responde, entre alguna risa: "¿Ya se pelearon?".

Los jóvenes, también con una sonrisa, contestaron: "Llevamos seis años de novios…", dando a entender que sí, las discusiones no les eran ajenas. "Peléense todo lo que quieran, con tal de que hagan las paces antes de que termine el día. Nunca se vayan a dormir peleados. El día tiene que terminar en paz", respondió Francisco.

Aunque puede sonar como una simple frase de consejo, lo cierto es que el mensaje del Papa encierra un significado profundo, tanto desde el plano espiritual como desde el psicológico. Numerosas investigaciones respaldan la idea de que irse a la cama con emociones negativas sin procesar puede afectar seriamente el bienestar mental y físico.

Desde la psicología, se explica que dormir con conflictos sin resolver activa mecanismos emocionales que alteran el descanso. Durante la noche, el cerebro procesa y ordena las experiencias del día, por lo que si la última emoción antes de dormir es el enojo, esta tiende a reforzarse y a quedar más impregnada.

No se trata solo de teoría: Francisco hizo hincapié en la importancia de la reconciliación diaria y agregó una frase cargada de sentido simbólico: “Un gestito, una caricia… Porque en la Guerra Fría, el día siguiente es muy peligroso”. Una manera de advertir que el silencio o la distancia emocional pueden convertirse, con el tiempo, en un campo minado.