Por: Phil Deroy – Lifestyle & Luxury Specialist

¿Qué tienen en común Gwyneth Paltrow y Juliana Awada? muy simple... ambas se visten con un estilo minimalista, que solemos llamar clásico moderno, con colores neutros, conjuntos monocromáticos, confeccionados con telas naturales y nobles tales como lanas, lino y algodón orgánico.

La serie hito de este año “Succession”, relata la vida de una familia multimillonaria de Nueva York, dueña de un imperio multimedia, levantó también el debate en redes sociales sobre la riqueza callada, en inglés “Stealth Wealth”. Sus protagonistas visten todos atuendos bastante clásicos y hasta aburridos, pero los que saben reconocen de inmediato las prendas de Loro Piana, Brunello Cuccinelli  u otro Tom Ford. Se trata de no mostrar al mundo su poder económico, pero a la vez usar las marcas más caras del mercado.

En realidad no es un fenómeno social nuevo, porque históricamente los letrados, industriales y comerciantes ricos siempre usaron trajes oscuros a medida y sus esposa alta costura desde sus inicios alrededor de 1860 con Charles Worth. En los años 1920, a los inicios del sportswear, los estudiantes adinerados pusieron de moda usar ropa que ya habían usado, con pátina, para distinguirse de las clases medias que accedían a las universidades por primera vez y usaban atuendos relucientes. Los ricos se diferencian con una actitud de desinterés de lo nuevo, de lo que está de moda y buscan lo que perdura.

Con solo ver a los titanes de Silicon Valley o inclusive el argentino Marcos Galperin, que aman las remeras básicas, las gorras lisas y las zapatillas unitono, uno se da cuenta que el éxito económico no va de la mano con el “show off” (presumir).  Pero lo interesante de este trend actual, es que lo revive la generación Z en TikTok e Instagram. Según la historiadora de la moda Laura Beltrán Rubio, editora de “Culturas de Moda”, es un signo de rebelión de los centennials frente a los tres últimos años de ropa logotipeada a ultranza, una forma de contraponerse a lo que se inició allá en el 2015, el total logo look de marcas como Supreme, Dior, Vuitton…

Los aficionados al lujo silencioso escapan de la realidad conflictiva post pandemia usando esta tendencia como otro disfraz aspiracional. Pero su difusión tanto por la industria como por los fanáticos de la moda está promoviendo una asimilación que siempre se desprende de la riqueza cultural de las comunidades étnicas e inclusivas.

@philderoy