Política exterior "made in USA": ¿Milei gobierna o Trump decide?
Desde que asumió en la Casa Rosada e incluso en sus primeras apariciones en televisión como panelista, Javier Milei demostró siempre una afinidad innegable con el ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Sus decisiones en política internacional, su retórica y sus medidas de gobierno parecen reflejar una obsesión con replicar el modelo del líder republicano en Argentina.
De romper relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta la reciente abstención en la votación de la ONU sobre la retirada de las tropas rusas de Ucrania, las similitudes son evidentes y cada vez más frecuentes.
Una de las medidas más simbólicas fue la salida de Argentina de la OMS, siguiendo el mismo camino que EEUU. El gobierno de Milei justificó la decisión bajo el argumento de recuperar soberanía y evitar financiamiento a organismos que, según su visión, atentan contra la libertad de los países. Del mismo modo, reforzó su discurso contra el llamado "globalismo" y las organizaciones multilaterales, un sello característico del trumpismo.
Otro ejemplo claro es el plan para construir un cerco en la frontera con Bolivia, medida que recuerda al muro que Trump intentó levantar en la frontera con México. La propuesta busca endurecer el control migratorio con un enfoque de seguridad y combate al narcotráfico, un argumento similar al que utilizó Trump en sus inicios de su primer mandato.
Milei también profundizó la llamada "batalla cultural" contra el progresismo, emulando el discurso trumpista contra lo "woke". Además cuestionó en varias oportuniadades la figura del femicidio y relativizó la lucha de los derechos de género.
En el Foro Económico Mundial, el referente libertario dijo este año que el feminismo “es una distorsión del concepto de igualdad” y esconde la “búsqueda de privilegios”. También se refirió a la “agenda sanguinaria y asesina del aborto” y afirmado que, “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil; son pedófilos”.
Vale destacar que el gobierno argentino estudia la posibilidad de firmar un decreto que busca prohibir a mujeres trans participar en deportes femeninos, medida que sí tomó la Casa Blanca hace pocas semanas.
El alineamiento de Milei con Trump también se refleja en su estrategia política y comunicacional. Ambos han hecho de la confrontación directa con la prensa y la demonización de sus adversarios una herramienta central de su discurso.
La reciente visita de Milei a la CPAC (Conservative Political Action Conference) en EE.UU., donde se reunió con Trump, es una señal clara de su admiración y voluntad de seguir sus pasos.
En el ámbito internacional, la decisión de abstenerse en la votación de la ONU sobre la guerra en Ucrania marca otro punto de coincidencia con Trump. Mientras otros países occidentales respaldaron el pedido de Kiev para la retirada de las tropas rusas, Argentina optó por no pronunciarse, reflejando la postura ambigua que el presidente estadounidense siempre mantuvo respecto al conflicto.
Aunque tanto dentro del Gobierno, aliados y algunos sectores celebran este alineamiento con la gestión norteamericana, otros advierten sobre los riesgos de importar una estrategia que demostró ser altamente divisiva y conflictiva.