El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, brindó una entrevista en Radio Rivadavia en la que habló sobre cómo vivió la muerte del Papa Francisco, quien falleció el pasado lunes a los 88 años.

Hay una experiencia de orfandad muy grande. Él fue el padre de todos, que como buen padre entre todos sus hijos empieza a fijarse en los más débiles, en los más frágiles, en aquellos que más necesitan. Pero ha sido el padre de todos y evidentemente la experiencia de orfandad es grande”, expresó en el programa “Cristina Sin Vueltas”.

García Cuerva contó que en el último tiempo ya se hacía notar la fragilidad de la salud del Papa Francisco, quien frecuentemente tenía problemas especialmente de movilidad, y que él “estaba consciente de todo”.

“Quienes pudimos estar cerca del Santo padre en los últimos meses, comparándolo con otras épocas, experimentábamos que de a poquito se estaba pagando y que había dificultades físicas que mostraban que podíamos estar pensando en sus últimos tiempos”, comentó.

En ese sentido, resaltó el esfuerzo que hizo el domingo 20 de abril, un día antes de su muerte, al participar en la misa del Domingo de Resurrección y dar su último paseo en la Plaza de San Pedro ante los fieles.

“Él fue el Papa de la alegría, que insistió con la alegría del Evangelio. Y qué mayor razón para la alegría que la Pascua. Pero en esa plaza, ahí en ese balcón, verlo a él transmitiendo esa bendición con enorme esfuerzo, pero la bendición del día de pascua, me parece que es como la síntesis de la alegría que quiso imprimirle a su magisterio y que nos comprometió a todos nosotros”, explicó.

Además, destacó que Francisco dedicó su vida a “entregar todo en el servicio de la Iglesia y de la humanidad”. “Yo soy testigo de lo que para él significaban a veces esos resfríos y esas gripes que tenían. Él se conectó con la humanidad, se conectó con el dolor de la humanidad, se conectó con la fragilidad de la humanidad. Se conectó con los más pobres y con los enfermos. Hizo con él lo que en realidad hizo con la humanidad, que es hacerse cargo de la propia carne sufriente. Y eso me parece que es un hermoso testimonio”, destacó.

El arzobispo porteño aseguró que lloró por la muerte del Sumo Pontífice, ya que sintió tristeza por su ausencia física. Pero que a la vez tuvo un grato sentimiento de alegría al ver a tanta gente en todo el mundo despidiéndolo.

“Yo siempre decía que la figura de Francisco tiene que engrandecerse a medida que su cuerpo se vaya debilitando, como inversamente proporcional. Y siempre me preocupó, y mucho más en estos últimos tiempos, el tema de su legado y de cómo concretar la iglesia que nos proponía”, agregó.

Consultado sobre si viajará al Vaticano para el funeral, García Cuerva lo negó. “En algún momento habíamos pensado si como arzobispo Buenos Aires tenía que viajar. Pero viendo la respuesta de la gente a lo que significó la noticia cuando empezaron a llegar a la Catedral, la gente que llama, que me cruzo en la calle y todo, dije tengo que acompañar al pueblo de la arquidiócesis aquí en Buenos Aires”.

Él siempre me quiso enseñar a ser buen padre. Bueno, me quedo al lado de todos los hijos. Y yo sé que lo entendería, porque me estaría diciendo ‘no gastes plata, no vengas”, enfatizó.

Por otro lado, el arzobispo adelantó que el museo de Jorge Bergoglio podría pasará a llamarse Papa Francisco. También piensan crear en la Universidad Católica (UCA) una “usina de reflexión y de pensamiento que lleve su nombre”.

“Su pensamiento está muy vigente, y va a depender de nosotros mantenerlo. El otro día dije una frase: ahora todos somos Francisco. Y ese es el compromiso. Vivir la fraternidad universal que él nos invitó a vivir, la misericordia que él nos invitó, él nos invitó a vivir con alegría más allá de las dificultades. Me parece que hay tanto por comprometernos y vivir que vale la pena seguir adelante”, afirmó.